Con la perturbación de la aurora,
La Diosa despertó…
y el ave dormitando en el bosque,
trinó junto a las flores…
el sol esfera flotante,
al cielo brillará…
la luz logró pintar toda la foresta,
y el canto se oye ya:
– Diosa salvaje, somos tu piel…
somos tu cuerpo,
cuerpo sin sed… –
Y con la melodía del alba,
La Diosa echó a danzar…
y aquel violín lejano y canoro,
su tallo hace sonar…
y los coatíes del monte,
oirán también la voz…
creando girasoles ocultos,
el sol se agitará…
– Diosa salvaje, somos tu piel…
somos tu cuerpo,
cuerpo sin sed… –
Introducción:
Quinto tema del primer disco de Spinetta Jade.
La Diosa Salvaje:
Como habrán notado siempre que me refiero a
La Divinidad lo hago en tono femenino. La teología Islámica explica claramente
que no podemos pensar en Allah con un género específico, pero eso no impide que
las traducciones de Allah sean en género masculino, Dios, Señor, Soberano, etc.
Ante mi desconocimiento en manejar un género neutro para referirnos a La
Entidad Creadora he decidido usar el femenino ya que muchos atributos de La
Divinidad son de carácter femenino.
Para explicar esto citaremos a la pensadora
M. Laure Rodríguez Quiroga.
Escribió un artículo titulado “No creo en
“Dios””.
Cuando afirmo: “No creo en Dios”, muchas personas me miran atónitas,
cayéndose en ese momento toda una construcción preestablecida en el imaginario
colectivo, arraigada desde hace muchos siglos… Desde mi concepto, “Dios” tiene
una serie de connotaciones (negativas) en las cuales no creo y considero que,
no solo están alejadas de la significación de Allah en el Islam, sino que
además, podrían ser contrapuestas.
Queda recogido en el Corán, que Allah no tiene forma, no tiene número,
no tiene sexo y que está presente en todas partes ¿acaso eso no podría
considerarse como parte implícita de la creación? Hablo de creación con
respecto al universo, al mundo, a la tierra, a los seres vivos, a los seres
humanos… Creo que al fin y al cabo son preguntas que todas las personas se
hacen y que todavía no hay una respuesta demasiado clara del origen del
universo (más allá del Big Bang).
Buceando por entre los 99 nombres de Allah, me encuentro con una
coincidencia curiosa y que viene a responder a una inquietud que vengo
manteniendo desde hace tiempo. Allah, vinculado a la verdadera Matriz.
Personalmente no suelo decantarme por leer las traducciones interpretadas del Corán
en castellano (por su pobreza en la intensidad del sentido), sin duda alguna,
una de las lecturas más preciadas es la André Chouraqi que realiza una
interpretación deslumbrante de la frase con la que se inicia cada una de las
surats (capítulos) del Corán (a excepción del 9): Bismil-lâhi ar-Rahmâni
ar-Rahîm.
Chouraqui lo traduce como: “En el Nombre de Al-lâh el Matricil, el
Matriciante“, algo que a priori nada tiene que ver con las traducciones que
habitualmente se encuentran del texto: “En el nombre de Dios, el Clemente,
el Misericordioso”
Rahman y Rahim, provienen de una misma raíz: R-H-M y hacen referencia
al útero materno, a la matriz. La elección de Chouraqui
de “Matricial” es maravillosa porque devuelve el sentido verdadero de
vinculación de Allah con su apego a la tierra. Si Allah es matricial es en
cuanto a la matriz de todo lo existente. Con respecto a la traducción de
ar-Rahîm (Matriciante) hace referencia a la capacidad dada por Allâh a
las criaturas de convertirse en matrices de nuevas creaciones. Allah es
matricial y a la vez es matriciante, ya que nos otorga matrices (sentidos, pensamiento,
receptividad, potencia, etc.) con las cuales podemos participar del proceso
creativo. Y es aquí donde cobra una especial relevancia el rostro materno de
Allah, desde el que se crea y desde donde (nuestros úteros), se nos permite
formar parte activa de la creación.
Diosa Salvaje se llamará luego el estudio
de grabación de Luis Alberto Spinetta. Su matriz de creación.
Aurora:
Con la perturbación de la aurora,
Para la comunidad islámica las palabras aurora, alba, nos indica el primer momento dedicado para conectarnos con La Divinidad. Este tiempo se denomina Al-fayr.
Se define aurora como la luz sonrosada que aparece en el oriente inmediatamente antes de la salida del sol.
Sura 89, "El Alba":
"¡Considera el alba (1) y las diez
noches! (2) ¡Considera lo múltiple y el Uno! (3) ¡Considera
la noche cuando transcurre! (4) Considerando todo esto --¿podría
darse una evidencia [más] solemne de la verdad para alguien dotado de
entendimiento? (5)"
La Diosa despertó…
Diosa salvaje, somos tu piel…
somos tu cuerpo,
cuerpo sin sed…
Se dice que una persona no hace el salat (oración), sino que La Divinidad hace el salat en nosotros y nosotras.
De La Perlas de Conocimiento Tamazigh:
“Tu cuerpo te ha sido dado y dices palabras de Allah... ¿Cómo pretendes algo de tu salat? Sencillamente, tu salat no es tuyo.”
“Un salat que no se ha hecho debidamente no debe entristecerte; es sólo un salat que no te ha sido revelado.”
“Allah hace la salat. En el viaje nocturno del Profeta, en un momento le dice Yibril (Ángel Gabriel) que se detenga que Allah está haciendo salat. Cuando pronunciamos el nombre de Muhammad, decimos: "La salat de Allah sobre él..." (salla lahu alaihi). Cuando se produce esa salat de Allah sobre Muhammad es el momento en que lo arrebata. La salat de Allah es una emoción muy fuerte que te hace estallar. Allah está presente y tú estallas, es lo que conocemos como waqi`a (La Gran Destrucción).”
El Sol:
oirán también la voz…
creando girasoles ocultos,
el sol se agitará…
La persona que realiza las oraciones acordes a la tradición islámica es plenamente consciente de la posición solar, ya que esto indicará el momento para realizarlas.
En el Corán hay una Sura o capítulo llamado el Sol, As-Shams. Sura 91:
El título, "El Sol", viene de la descripción del Sol en la primera aleya. Cuando esta sura es recitada en idioma árabe, mantiene un ritmo musical a lo largo de sus aleyas. Estas breves aleyas abarcan una gran verdad, la naturaleza de la humanidad y sus capacidades inherentes para elegir entre el bien y el mal y decidir su propio destino.
Sura “El Sol”:
“¡Considera el sol y su radiante esplendor, (1) y la luna cuando refleja su luz! (2) ¡Considera el día cuando descubre el mundo, (3) y la noche cuando lo cubre de oscuridad! (4) ¡Considera el cielo y su maravillosa creación, (5) y la tierra y su vasta extensión! (6) ¡Considera al ser de la humanidad, y cómo está formado con arreglo a su función, (7) y cómo está, la persona, imbuida de flaquezas morales y también de conciencia en La Divinidad! (8) Dichosa será, en verdad, la persona purifique este [ser], (9) y realmente perdida estará quien lo cubra [de oscuridad]. (10) “
Utiliza la naturaleza para que veamos Sus signos.
y el ave dormitando en el bosque,
trinó junto a las flores…
el sol esfera flotante,
al cielo brillará…
la luz logró pintar toda la foresta
y los coatíes del monte,
El verso de Luis nos pinta un gran escenario natural.
Comparto dos versos de Rumi:
“La belleza nos rodea pero normalmente necesitamos andar en un jardín para saberlo.”
“Cada momento se precipita hacia nosotros
desde todas partes
la convocatoria del Amor.
¿Quieres venir con nosotros?
No es momento para quedarse en casa,
sino para salir y entregarse al jardín...”
Jardines islámicos:
Parte intrínseca de la cultura islámica, el jardín ha estado bien representado en la pintura y en las miniaturas. El jardín islámico llama a todos los sentidos, el moteado de la cerámica, el perfume de las flores, el murmullo del viento y el agua, los cantos de los pájaros, ofrece al espectador una visión del jardín celestial del que hablaba Muhammad.
Y con la melodía del alba,
La Diosa echó a danzar…
El maestro espiritual, Rumi dejó tras de sí, una orden, la Mawlawiya, cuya metodología extatogénica se sustenta en una triple base, a saber, la música, el canto y la danza
Afirma Rūmī: “Muchos son los caminos que conducen a La Divinidad; yo he elegido el de la música y la danza”.
y aquel violín lejano y canoro,
su tallo hace sonar…
"Ruinas de amor somos hoy como siempre.No abras la puerta de la mente, toma el rebâb,Que hay cien clases de oración y genuflexionesPara el que tenga el rostro del Amigo por mihrâb". Rumi
El rebab (del árabe الرباب, es un instrumento de cuerda que consta de una caja de resonancia pequeña, usualmente redonda, cuyo frente es cubierto con una membrana de pergamino o piel de oveja, y de un mástil largo acoplado. Posee una, dos o tres cuerdas. El arco es usualmente más curvado que el del violín.
Pintura: Sufi Derviche Egipcio. Danza Tanoura. Artista Mohamed Khedr
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